viernes, 23 de octubre de 2009

Para ti querida amiga "fulana"...

Producto de la realidad cotidiana, fulana estás a tiempo...

El machismo en las mujeres

Feministas o moderadas, las mujeres suelen repetir los mismos modelos y actitudes que critican y cuestionan de los varones.

Oído al pasar:

-Querida, limpia la mesa así puede estudiar tu hermano...

-No, hoy no puedo ir al cine. Es una pena, pero se me complica. Esta es la única noche que el Flaco no sale con sus amigos...

-Yo jamás me atendería con una ginecóloga. No sé por qué, pero las médicas no me transmiten seguridad...

-Ojalá consiga novio. Está insoportable.

¿Palabras nada más? ¿Frases hechas? ¿O comentarios femeninos todavía frecuentes? Según los especialistas, hasta las mujeres más "progres y liberadas" encierran una semilla de machismo en su interior. Ya sea porque malcrían a sus hijos varones (y les inculcan las tareas domésticas a sus hijas), se someten en mayor o menor medida a sus parejas, utilizan expresiones típicas de los hombres (algunas irreproducibles), discriminan o desconfían hasta cierto punto de las colegas mujeres.

Feministas o moderadas, muchas suelen repetir los mismos modelos y actitudes que critican y cuestionan de los varones.

La "macha”

"En principio, no existe 'sociedad machista´ sin complicidad de la mujer", afirma el doctor Alfredo Torres, especialista en terapia familiar y miembro titular de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires.

Como observador de la intimidad psicológica, Torres reconoce el poder de la opinión femenina en la mente del varón, "quizás por el hecho de ser, en buena medida, 'hijo de madre´, que no es lo mismo que ser hija de madre", diferencia.

Para el licenciado, la semilla de machismo es transmitida en la intimidad familiar más por las madres que por los padres. "La complicidad de la mujer es activa. Y se debe a que no ha encontrado aún, socialmente (o mejor sociológicamente) el camino de la valoración de su poder femenino tan distinto al del varón. El habla social femenino sostiene aún que la mujer debe tener 'cojones´, desconociendo el poder de los 'ovarios´ y su especificidad peculiar.

“Podríamos aducir entonces que a las mujeres de las capas medias para arriba, la defensa muda y cómplice del machismo les ahorra los avatares y dolores del cambio verdadero y protagónico femenino y no seudomasculino", sostiene Torres.

Ser dependiente

Para los expertos, el machismo "femenino" encierra razones sociales, culturales y psicológicas. "La mujer machista es aquella que tiende a sacrificar su individualidad, su identidad, sus creencias, su trabajo, sus amigos y, a veces, hasta su salud cuando está en pareja", opina la licenciada Laura Mansour.

Más de 25 años de experiencia clínica le han demostrado que esta clase de mujeres se comporta de la misma manera con cualquier tipo de hombre: los que se interesan genuinamente por ella, los distantes e indiferentes o los maltratadores o abusivos. "Tiende a colgarse emocionalmente de sus parejas. Su propia inseguridad hace que él termine por perderle el respeto y se distancie de ella".

Aquí aparece el primer error: la mujer dependiente cree que su forma de actuar, sentir y pensar apunta a consolidar la pareja, pero tarde o temprano lo más posible es que la relación se pierda o se deteriore. "Esto ocurre no sólo por el varón: la conducta machista genera sometimiento y rabia al mismo tiempo en la mujer. El resultado es un conflicto interior que incita a complacer y a pasar facturas, a veces en un ciclo interminable de dolor y confusión", agrega la psicóloga.

Pero, ¿qué lleva a una persona a sacrificar su propia identidad, someterse más allá de lo necesario o abandonar sus propios intereses cuando está en una relación de pareja? Mansour remarca una contradicción: una mujer puede ser machista independientemente de su edad y su nivel socio-cultural. El machismo fluye tanto en las adolescentes como en las más maduras de todas las escalas sociales. "Aun las mujeres económicamente independientes y las aparentemente fuertes, cuando llega el momento de formar pareja, le otorgan el poder al varón. Repiten el mismo modelo materno del que quisieron diferenciarse", indica la psicóloga.

¿Una paradoja? ¿Pura incoherencia? Las influencias culturales y psicológicas varían en cada caso en particular. Pero algunos errores se mantienen: las niñas son cuidadas para ser dependientes. A ellas se les fomenta la necesidad de ser protegidas. A los niños, en cambio, se los prepara para ser fuertes.

A las chicas se les enseña que, para ser amadas, hay que ser complacientes. Confunden el hecho de aprender a cuidarse y quererse con ser egoísta. Culturalmente se fomenta la idea de que el varón es inherentemente superior a la mujer. Tanto se insiste que finalmente ambos terminan por creerlo.

Adolescentes y no tanto tienden a dejarse llevar por fantasías románticas, esperando la llegada del Príncipe Azul. Aquí las fantasías actúan distorsionando la realidad. Se busca al "varón salvador", que "resolverá todos los problemas". Estas creencias, alimentadas desde la infancia, explican por qué la mujer adulta se siente insegura "y busca en su pareja el cuidado, apoyo y protección que no obtuvo de sus padres", dice la especialista.

¿Resultado? En esa búsqueda, el machismo se propaga con todo el encanto y la ternura que es capaz de imprimirle una mujer. / Carola Sainz

¿Es usted una mujer machista? Aquí algunas características que hacen a su identikit.

1. Desatiende sus propios intereses (estudios, trabajo, etc.) para ayudar o estar más disponible para su pareja.

2. Tiende a desvalorizar las propias opiniones, creencias y conocimientos personales cuando éstos difieren de los del varón (ya sea su pareja o jefe).

3. Deja de lado a los amigos o familiares si él los desaprueba.

4. Generalmente se destaca en el trabajo cuando está sola.

5. Acepta sentirse tratada como "loca o desubicada" por su pareja. Y aún así la justifica.

6. Hace prácticamente cualquier cosa para lograr que no la abandonen (incluidas actitudes de auto-humillación).

7. Siente que no podrá sobreponerse al fin de una relación.

8. Queda emocionalmente enganchada con un ex marido y cree que jamás podrá volver a enamorarse.

9. Llega a pensar que ser libre o feliz es contradictorio con tener pareja.

10. Está disconforme con su pareja, pero siente que tiene la culpa de que la relación no funcione. Si las cosas andan mal es porque ella no es lo suficientemente capaz de lograr que él la ame.

11. Soporta ser desvalorizada por su pareja y espera que él cambie. También minimiza sus problemas. Es excesivamente complaciente con el varón.

12. No sabe ni puede poner límites a las conductas masculinas que le desagradan. No sabe decir que no.

13. Sigue confiando aún cuando hay muestras evidentes de traición de su pareja.

14. Idealiza al hombre y después se enoja cuando él no cumple con sus expectativas.

15. Cambia de opinión y deja de lado sus creencias para conformarlo y no ser cuestionada.

16. Sólo se siente plenamente feliz cuando es querida y aceptada por un hombre.

17. Ni siquiera se siente así cuando obtiene un éxito profesional.

18. Miente solamente para retenerlo o complacerlo a él.

Fuente: Una ventana al mundo femenino.

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lunes, 12 de octubre de 2009

Los 7 pecados capitales

En estos días, estaba conversando saliendo del cine con unos amig@s y dentro de la sarta de estupideces que estabamos diciendo, se le ocurrió a uno de ellos preguntar por los "pecados capitales", no puedo decir que me agarró "fuera de base" pero el intentar pensar rápido como que no sirvió de mucho... Lo cierto del caso, que al menos me dió la idea para publicar algo luego de un par de semanas. Después de haberme documentado bien, creo que todos los seres humanos hemos estado experimentándolos, las sociedades se hunden cada día por ellos y supongo que todas las religiones aplican su "remedio" para que se pueda sobrevivir o convivir a la distancia con ellos.
Acá reúno un poquito de aquí y de allá para que si les pregunta alguien a lo loco así como me preguntó mi amigo, al menos digan el nombre de cada uno.

Pecados Capitales


Comenzando a principios del siglo XIV, la popularidad de los Siete Pecados Capitales como tema entre los artistas europeos de la época eventualmente ayudó a integrarlos en muchas áreas de la cultura y conciencia Cristiana a través del mundo.
El término "Capital" no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados. De acuerdo a Santo Tomás de Aquino. "Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal".

De acuerdo a la documentación existente son siete que a continuación les resumo:


LUJURIA

Se le llama lujuria (del latin luxus: abundancia, exuberancia) a un deseo sexual desordenado e incontrolable. Para la Iglesia católica romana es un pecado capital, para el hinduismo es a su vez uno de los cinco males y en general la religión suele considerarlo como un pecado mortal.

Desde la perspectiva de algunos, a lo largo de la historia, se ha tendido a ver el deseo sexual siempre como algo lujurioso independientemente de que este fuera o no irrefenable o estuviera o no dentro de los límites la obsesión y/o adicción. Esta perspectiva podía venir tanto del extremismo en cuanto a la práctica religiosa como de factores sociales que buscaban evitar las relaciones sexuales fuera del matrimonio.

GULA

El tercero de los tres pecados capitales ligados a necesidades biológicas de supervivencia está vinculado al alimentarse. “Gula” viene del latín y significa “apetito desordenado”, pero también “faringe, esófago”; adquiere el sentido de tragar y llenarse. La Gula, pues, nos habla de vacíos energéticos, de carencias emocionales o psicológicas que piden ser llenadas. Es muy fácil que al hablar de Gula pensemos en la imperiosa necesidad de beber y comer, pero es importante tener en cuenta que muchos de esos vacíos no se suplen ni con comida ni con bebida.

La Gula, para hacernos entender qué necesita para suplir su vacío, en ocasiones se asocia con una Lujuria creando el deseo (y la necesidad de seguir deseando) de llenarse con algo concreto, y por eso al goloso lo vemos a veces manipulando para conseguir su fuente de “alimento”. Ya se dijo con la Lujuria que ésta es usada para vender y hacer publicidad, pero como trabaja muy bien con la Gula también podemos ver anuncios que usan la colaboración de ambas yendo primero a buscar nuestros vacíos (de qué carecemos) y luego generando el deseo de comprar el producto que “puede llenarlos”… en teoría.

AVARICIA

Mahatma Ghandi lo decía: “En la tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos”
Es definida como el afán desordenado de poseer riquezas, para atesorarlas. Lleva aparejada a ella la codicia: que es un apetito desordenado de riquezas. En ambos, el apetito desordenado y excesivo de riquezas, capaz de realizar las acciones más viles, las señala como nocivas; aunque el avaro va más allá, lo hace para atesorarlas.

Jonathan Swift afirmaba: “la codicia desenfrenada, lleva a los hombres a ejecutar las acciones más viles; por eso para trepar, se adopta la misma postura que para arrastrarse”.

Búsqueda y acumulación de objetos, robo y asalto, especialmente con violencia, los engaños o la manipulación de la autoridad son todas acciones que pueden ser inspirados por la avaricia.

PEREZA (Este es el que afecta actualmente a mi existencia)

Pereza, (latin: acedia, accidia, pigritia), es la negligencia, tedio o descuido en realizar acciones, movimientos o trabajos. Se le conoce también como gandulería, flojera, haraganería, holgazanería; entre otros términos que pueden incluso llegar a ser peyorativos.

La religión cristiana como la Iglesia católica, clasifica la pereza como un vicio capital ya que generan otros pecados, si bien antiguamente se la denominaba acedía o acidia, concepto más amplio que tenía que ver con la tristeza o la depresión.

La pereza es el más “metafísico” de los Pecados Capitales en cuanto está referido a la incapacidad de aceptar y hacerse cargo de la existencia en cuanto tal. Es también el que más problemas causa en su denominación. La simple “pereza”, más aún el “ocio”, no parecen constituir una falta. Hemos preferido, por esto, el concepto de “acidia” o “acedía”. Tomado en sentido propio es una “tristeza de ánimo” que nos aparta de las obligaciones espirituales o divinas, a causa de los obstáculos y dificultades que en ellas se encuentran.

IRA

La ira puede ser descrita como un sentimiento no ordenado, ni controlado, de odio y enojo. Estos sentimientos se pueden manifestar como una negación vehemente de la verdad, tanto hacia los demás y hacía uno mismo, impaciencia con los procedimientos de la ley y el deseo de venganza fuera del trabajo del sistema judicial.

Llevando a hacer justicia por sus propias manos, y por fanatismo en creencias políticas y generalmente deseando hacer mal a otros.

Una definición moderna también incluiría odio e intolerancia hacia otros por razones como raza o religión, llevando a la discriminación.

Las transgresiones derivadas de la ira están entre las más serias, incluyendo homicidio, asalto, discriminación y en casos extremos, genocidio. La ira es el único pecado que no necesariamente se relaciona con el egoísmo y el interés personal (aunque uno puede tener ira por egoísmo, por ejemplo, por celos). Dante describe a la ira como "amor por la justicia pervertido a venganza y resentimiento".

Al final del siglo XIX, Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, argumentó que los individuos nacen con un innato sentido del amor, pero que la ira y la hostilidad llegan cuando la necesidad de amor no es satisfecha o es frustrada. Un siglo después, este punto de vista fue criticado por la Sociedad Psicológica Estadounidense y por la Asociación Antropológica Estadounidense. Esta última concluyó, en 1988, que el ser humano no está genéticamente predispuesto a la ira ni a la violencia, y que la violencia no puede ser científicamente relacionada con el proceso natural de evolución.


LA ENVIDIA

Uno de los problemas emocionales más frecuentes, la envidia suele definirse como la tristeza por el bien ajeno; un sentimiento desagradable que se produce al percibir en otro algo que se desea y que dificulta el desarrollo del que lo sufre y sus relaciones con los demás.Se mezclan emociones de naturaleza contradictoria, como por ejemplo, el deseo de tener lo que otro tiene, la admiración por lo que otro ha conseguido, el dolor por no tenerlo, la indignación por considerar injusta la diferencia que se observa o la incertidumbre por no entender a qué se deben las diferencias que producen la envidia.

La envidia se produce como consecuencia de dos tendencias que llevan al individuo a desear lo que no tiene y a compararse con los demás.La naturaleza destructiva de la envidia, que permite diferenciarla de la envidia sana, se refleja en que la primera origina malestar emocional; sentimiento que en lugar de ayudarle a conseguir lo que envidia, se lo dificulta.El envidioso es incapaz de ponerse en el lugar del envidiado, para poder comprender su situación, o de sentir empatía hacia él.

¿Qué significa sentir empatía hacia alguien? Significa sentir lo que siente el otro. Y es la base de la comprensión y de la solidaridad.La envidia origina una serie de reacciones negativas que pueden hacer que el envidioso se aísle de los demás o tenga serias dificultades para relacionarse adecuadamente con ellos.La envidia se produce casi siempre hacia personas muy cercanas.Entre los valores más envidiados suelen encontrarse el prestigio, el reconocimiento, el estatus ocupacional, el dinero, el poder o los símbolos y las posesiones materiales.

Para que en lugar de producirse envidia surja admiración, es necesario que las cualidades que se observan en el otro no representen una amenaza para la propia valoración.En los ambientes en los que existe una fuerte tendencia a evaluar el rendimiento de forma individualista y competitiva hay más riesgo de suscitar envidia.

SOBERBIA

En casi todas las listas de pecados, la soberbia es considerado el original y más serio de los pecados capitales, y de hecho, es también la principal fuente de la que derivan los otros. Es identificado como un deseo por ser más importante o atractivo que los demás, fallando en halagar a los otros.

Según la Biblia, este pecado es cometido por Lucifer al querer ser igual que Dios.

Genéricamente se define como la sobrevaloración del Yo respecto de otros por superar, alcanzar o superponerse a un obstáculo, situación o bien en alcanzar un status elevado y subvalorizar al contexto. También se puede definir la soberbia como la creencia de que todo lo que uno hace o dice es superior, y que se es capaz de superar todo lo que digan o hagan los demás. También se puede tomar la soberbia en cosas vanas y vacías (vanidad) y en la opinión de uno mismo exaltada a un nivel crítico y desmesurado (prepotencia).

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Como pudieron darse cuenta creo que lograr vivir lejos de todas esas cosas está difícil, y mucho menos con el mundo de hoy día, ...en fin. Acá los dejo con una "sátira" de lo que significan los siete pecados capitales.



También con el trailer de Seven (Se7en) que es una película estadounidense del género thriller de 1995, protagonizado por Brad Pitt y Morgan Freeman, dos agentes policiales que van en busca de un asesino en serie. La película fue dirigida por David Fincher (su segunda película) y escrita por Andrew Kevin Walker, quien recibió una nominación al BAFTA al Mejor Guión Original.

El detective Somerset (Morgan Freeman), se encuentra a días de jubilarse y le envían como reemplazo al detective David Mills (Brad Pitt). Juntos tendrán que resolver una serie de asesinatos cometidos por un psicópata letrado y metódico llamado John Doe (Kevin Spacey), que se basa en los siete pecados capitales para cometer sus grotescos crímenes.



ACTUALIZACIÓN DE LOS PECADOS CAPITALES

Les recomiendo si quieren más información lean la siguiente lectura publica por el diario español El Mundo en 2008, titulada: "Quien no recicle basura irá al infierno".

Nota: artículo basado en la mayoría de la información tristemente encontrada en Wikipedia.

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